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Simone de Beauvoir

Feminsimo de la Diferencia

Una de las pensadoras más reconocidas dentro de las corrientes del feminismo es Simone de Beauvoir, autora, escritora, profesora de filosofía e investigadora. Su corriente de pensamiento se encuadra en la corriente filosófica del existencialismo. Todo lo que va construyendo en términos históricos y en consideración con lo que llamamos “en clave feminista” va siendo a posteriori de que ella se designe “feminista”.

Texto ineludible en el que investigamos y profundizamos es el texto “Segundo sexo”, donde Simone inicia preguntándose qué es ser mujer. En la medida que va desmenuzando ciertos conceptos teóricos, entre sus propias apreciaciones y en diálogos también concluye: “Todo ser humano hembra no es necesariamente una mujer, sino que tiene que participar de esa realidad misteriosa y amenazante que es la feminidad”.

Y se pregunta entonces: ¿Esta feminidad de dónde viene? ¿Esta feminidad la secretan los ovarios? ¿Están fijadas en el fondo de un cielo platónico? O ¿Es la feminidad que confiere el frufrú de una pollera?”.

En esto de preguntarse de dónde sale esta particularidad que parece configurar nuestra identidad, entiende que hay algo de esta manera de definirnos que no es universal para todos los seres. Los hombres no necesitan identificarse con otros hombres, sin embargo, nosotras, mujeres, necesitamos identificarnos como mujeres. Y agrega que rechazar las nociones de eterno femenino, al contrario de lo que se podría creer "una liberación" es en realidad, una huida inauténtica. Huir de decir que somos mujeres no nos libera sino que niega nuestra sujeción histórica.

El hombre por el contrario no necesita presentarse como individuo de un determinado sexo. "Ser hombre" no es una singularidad como el "ser mujer", por lo tanto "ser hombre" se transforma en una universalidad; entonces la mujer se determina y se diferencia en relación al hombre, pero no el hombre en relación a la mujer.

La mujer es lo inesencial frente a lo esencial que es el hombre.

El hombre es el sujeto, es lo absoluto y la mujer es lo otro, entonces en esta plática entre el sujeto universal absoluto, a la mujer no le queda otra que construirse y erigirse en base a ser lo otro. Lo cual discursa Simone: “no es lo otro lo que al definirse como otro define a lo uno, sino que es lo uno lo que al definirse como uno define a lo otro”.

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