
duelo perinatal
El “Duelo” es un proceso de aprendizaje que nos acompaña a resignificar la Muerte en la Cultura Occidental.
Portal invisibilizado y temido y representado como el Mal, la Oscuridad y el silencio que la Ciencia Médica combate sobre la huella simbólica de Dios. Esta narrativa también es la que establece la línea recta del tiempo y la negación al respecto de la ciclicidad en los Misterios de la Sangre. Nos presentan la Muerte como un final sin principio en la continuidad de la Vida.
Sabemos que es en el fondo del submundo y en el corazón del invierno, cuando danzamos junto a nuestras muertes y muertas, que resurgimos con la fuerza indómita de la gota iniciática a un nuevo ciclo. Emprendemos el ascenso sabiendo que lo próximo no será un devenir incierto, sino otro fractal de las vueltas al espiral.
….. Silencio…..
Solo se escucha silencio
y es incomoda-mente pesado no saber que decir….
Alejandra, mama de Emi, se pone en contacto….
Ella está gestando una bebe, una hija muy deseada, que al venir de este lado va a vivir unas horas o días y sus condiciones orgánicas no son compatibles con este plano de la existencia. Nos pregunta si puede venir al círculo de Mujeres gestantes (aún no llamábamos al círculo Maternidades insumisas, Ale y su bebé nos nutrieron de insumisión) porque su bebe vive y crece en su vientre y ella es una Mujer gestante. No dudamos en atender su pedido, y desde una escucha profunda, la integramos al círculo y celebramos la oportunidad que estos hijxs nos traían de habitar juntas nuestras geografías gestantes, una instancia común en el evento sexual que es la Maternidad.
Ella nos enseñó que acompañar el duelo de una hija, hije, hijo está al alcance de la pregunta.
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Solo quiero que me pregunten como estoy? Y que se banquen la respuesta: estoy en duelo, triste y con mucho dolor. Que me habiliten, si no saben que decir, preguntar, escuchar, no negar y tampoco frases hechas que se escuchan y tapan el dolor que trae la muerte de un hijo.

¿y vos que ves?
Frida plasmó en el cuadro titulado “Henry Ford Hospital” uno de los momentos más traumáticos de su vida: el aborto espontáneo que sufrió en el año 1932, mientras vivía en Estados Unidos. La vemos a ella acostada en una cama de hospital, bañada en sangre. De su estómago todavía hinchado se desprenden seis filamentos rojos y delgados, como si fueran venas o cordones umbilicales, que conectan su cuerpo con algunas imágenes que ella relacionaba con la muerte gestacional.
alejandra parrotta

Proponemos dar cuenta que al margen de las emociones esperables (tristeza, impotencia, miedo, desesperanza, etc.) el proceso del duelo esta condicionado por el contexto en el que se transita, cultural y socialmente, es comprender que quienes acompañan son de vital importancia para el relato que se teje y los rituales que se organizan.
Tampoco existe una palabra para nombrar a quien sobrevive a la muerte de un hijx.
Viudx para la pareja
Huerfanx para el niñx que se queda sin mapadres.
“Shjol” y “shijili”, palabras hebreas para designar la primera al padre y luego a la madre que sufren del dolor de perder sus hijxs.
“Alma mocha” es un modo de enunciar que encontró Bella Ventura, una escritora colombiana, para enunciar el terrible dolor que experimenta una persona que pierde a sus hijxs.

La muerte es un tabú y el duelo gestacional y perinatal más aún, no sólo en el terreno de lo enunciable sino en el marco de lo político, ya que en Argentina, las Mujeres carecemos de derechos para transitar en nuestros propios cuerpos la muerte de lxs hijxs que deseamos, así como los que no deseamos.

El Duelo asociado al Luto tiene su origen en las palabras "dolor" y "llanto". Acompañar consiste en habilitar el proceso y poder detenerse a habitar el dolor, el cierre y la despedida.
“No hay palabras para la muerte” decimos.
No las tenemos, ni las conocemos y es a propósito del lenguaje, del logos de la productividad capitalista. Y del tiempo que no podemos perder de (re) productividad. Pero sí tenemos frases que hechas que reponemos a continuación para NO decir:
¿Sin bebé en los brazos no hay lactancia ni puerperio? ¿Que pasa con las Madres sin hijos vivos?
Estas preguntas provocadoras la traemos para comprender las implicancias que se imprimen en la ausencia de diálogo entre políticas públicas y falta de protocolos y saberes en el ámbito sanitario con sus respectivos profesionales de salud, alrededor de los eventos de nuestra salud sexual integral.
Para el sistema sanitario, la muerte, es el fracaso de la medicina.
Para hablar de muerte tenemos que poder encuadrar el encuentro con ella. Para la percepción social no es lo mismo, lo esperable, lo “normal”, en relación con la muerte, si se muere una abuelx, que un hijx y esto despliega una represión en términos de administrabilidad del dolor que niega e invisibiliza el final de la vida y su duración en el inicio de la misma.
No hay lugar para el dolor y la muerte. Entonces no hay información correcta y oportuna para acompañar a las Mujeres en el duelo perinatal y sugerir caminos posibles frente a la lactancia.
¿Qué hacer con la leche?
¿Inhibir farmacológicamente?
¿Fisiológicamente?
¿Guardarla?
¿Donarla?
¿Hacer un ritual? ¿un recuerdo? ¿una joya de leche?


“mejor ahora que era chiquito y no después de más grande que te encariñaste”, “es peor las familias que atraviesan el suicidio de un hijo”, “era un conjunto de células, un fetito”, “ya estaban preparados entonces si sabían que su hija tenía un síndrome genético limitante”, “tenés que ser agradecido de tener otro hijo”, “hay que ser fuerte”, “Dios te va a recompensar con otro hijo”, “tenés suerte de tener un angelito”, “eres joven y puedes tener más hijos después”, “todo pasa por algo”, “ya llevas mucho tiempo así, es hora que lo superes”, “pero cuánto hace que murió!?”, “la vida continúa”, “él/ella no quisiera verte triste”, “te hace mal recordar”, “mantenete ocupado”, “quizás no estaban preparados para ser padres”,

mapulugur: cuerpo que se vuelve territorio
Para las comunidades originarias, el derecho del territorio es el primero que hay que alimentar con el calostro de la madre. La lactancia materna no es, entonces, un derecho humano, sino un derecho del territorio.
Amamantar el territorio es nutrir a la Tierra y a través de ella maternar a todos los seres que en ella habitan. La experiencia expresa la trama de relaciones basadas en la reciprocidad entre la naturaleza y las personas que sostienen un proceso de duelo.
Para las Comunidades Mapuches, Muerte y Nacimiento son condicionales, "nacemos para empezar a morir". Desde su Cosmovisión y Resistencia, la muerte cristiana responde a una tradición blanca y conquistadora.
La politóloga Mapuche Veronica Azpiroz Cleñan, cuenta que en Los toldos, Provincia de Buenos Aires, existe un Territorio donde se siembran Placentas. Al lado mismo, están los cementerios ya que en la tarea de “ocuparse de los cuerpos”, "la vida y la muerte se encuentran, una al lado de la otra".
También las Comunidades Mapuche confían en aquello que el Territorio les ofrece para expulsar un bebe, por eso cada partera, hace un uso propio de las medicinas de las plantas que igual se ve complejizado por el modelo extractivista que va a desapareciendo mediante el “Terricidio”, la existencia de la plantas propias de esos suelos y con ellas la desaparición de un sistema medicinal que acorrala y empuja a la población a un modelo farmacológico.
Durante el duelo, comparte “se habla con palabras que dieran fuerza espiritual para levantar a la Mujer”.
La cosmovisión ordena el acervo cultural y como nos plantea Gutierre Tibon, todas las culturas se han hecho cargo de los cuerpos del entramado afectivo comunitario tanto en el portal de la vida como en el de la muerte, que también ha de presentarse en el la gestación y el nacimiento, como puerta de llegada al espiral de la vida, muerte, vida.
Muerte gestacional y perinatal


“Transformar el dolor en derechos” #leyjohanna
La distinción que existe entre estas maneras de enunciar está dada por consideraciones jurídicas. Se considera “Muerte perinatal” a partir de las 28 semanas y los 500 gr peso del bebino (ambas condiciones presentes).
Depende de las legislación de cada país se considera entre 22 o 28 semanas y hasta el primer mes de vida o 7 días. Mientras que la gestación que se detiene entre el primer día y la semana 22 se nombra “Muerte gestacional” y “Muerte Neonatal” se considera a los nacidos vivos y fallecidos antes del primer mes de vida.
El acceso al cuerpo del embrión- feto- bebino- bebx- hijx y la posibilidad de poder identificarlo con un nombre y no como NN, sumado a los procedimientos de inhibición de la lactancia materna, es lo que las Mujeres dan cuenta en términos de violencias sufridas en medio del profundísimo dolor frente a la muerte de un hijx deseado que la sociedad niega.
Adriana Marcus escribe “Lxs ninxs del agua -relatos sobre perdidas gestacionales-". Dice, “todo cambia cuando nos enteramos de un test de embarazo positivo. Cuando “se pierde un embarazo” queda trunco lo que se fue generando en todxs: deseos, imaginarios, planes, temores, desafios, redistribuciones, conflictos, complicaciones, inseguridades, apoyos, proyectos….”
El duelo considerado como un proceso saludable es “atravezar enojos, tristezas, vacíos, culpabilizaciones, impotencia, desesperanza para finalmente aceptar lo que fue y es, proceso que puede llevar más de un año, tres o más”
Mientras que su patologización es caracterizada como retraso del duelo o la ausencia de este o un duelo muy intenso y prolongado.
En materia de licencias laborales, el duelo perinatal es igual a la muerte de cualquier otro familiar. Esto evidencia la valoración social que se hace al respecto del vínculo materno. Vale igual que cualquier otro. No sucede en el cuerpo de las Mujeres sino en la presencia y/o ausencia de vida de los bebxs. Entre el momento que se recibe la confirmación de muerte del feto dentro del vientre y hasta el alta de la internación post parto se vulneran los derechos porque no existe legislación, ni protocolos de atención a nivel nacional de protección hacia las Mujeres para acompañar en estos casos, la muerte de la gestación.
“Parimos hijxs muertos siendo violentadas” dice Johanna Piferrer.
Son muchos derechos que se vulneran desde que se comprueba que no hay latidos hasta que se da el alta de la internación y luego la lactancia y el puerperio.
Algunos ejemplos:
-la identidad del bebé considerado jurídicamente NN
-la internación en duelo conjunta con GESTANTES y puérperas.
-no garantizar el vinculo en las únicas posibles horas de vida.
-la pastillita de inhibición farmacológica como adoctrinamiento de lo que hay que hacer por fuera de lo que puedo decidir.
-la falta de trabajo interdisciplinario, la falta de comunicación entre los profesionales de la salud, la falta de oferta de asistencia psicológica
-la decisión de la autopsia
-la decisión del entierro

colectivo ley johanna
Cecilia Soledad Sanabria en su tesis de grado “Muerte Perinatal- Violencia Obstétrica. La mujer y el nasciturus como sujetos de derechos: protección jurídica ante la muerte perinatal”, realiza un extenso desarrollo donde establece la estrecha vinculación entre la muerte perinatal y la violencia obstétrica. “La violencia obstétrica abarca a la violencia que se sufre ante la muerte perinatal debido a que consiste en situaciones de maltrato generadas a partir de una variedad de factores (podríamos decir que se trata de una combinación de situaciones críticas). Es de esta manera que podríamos arribar a la conclusión de que la violencia perinatal incluye la violencia contra la mujer (violencia obstétrica); la violencia estructural por parte de la institución hospitalaria y la violencia neonatal”.
La experiencia de Johana Piferrer con su hijo Ciro y su experiencia militante la conducen en la elaboración de un proyecto colectivo que se encuentra con la tesis de Cecilia Sanabria que colabora en la fundamentación del Proyecto de ley “Protocolo de atención en la salud frente a la muerte perinatal”. El presente proyecto propone el abordaje, una vez acaecido el deceso perinatal, frente a diferentes de situaciones de vulneración de derechos, a la intimidad, a la información y la toma de decisiones, a la salud reproductiva, etc. Es decir, no se trata solo de la violencia sufrida por la persona gestante en el momento de que recibe la trágica noticia, sino que se trata de un conjunto de situaciones que van desde la internación en un lugar que se corresponda con su pérdida, hasta la posibilidad de dar sepultura al cuerpo sin vida, pasando por el acompañamiento por profesionales especializados durante el proceso y demás cuestiones que hacen a la concientización y difusión de los factores de riesgo de la muerte perinatal.
El acceso al proyecto completo
“No existe en nuestro país un protocolo de actuación que informe a los /as profesionales de la salud cómo desenvolverse ante la situación concreta de la muerte perinatal. La muerte intraútero, intraparto o a poco de nacer está reconocida como una de las experiencias más traumáticas que las personas pueden llegar a vivir y por lo general está asociada a efectos psicológicos de largo plazo. Resulta indispensable comprender que no podemos acotar la situación al hecho trágico de la muerte, sino que dicha coyuntura conlleva una serie de situaciones que sufre la persona gestante y su familia. El duelo perinatal no es un momento, ni una situación, ni un estado, sino un proceso, es decir, tiene un inicio y un final. Durante su transcurso van a tener lugar una serie de fases por las que las personas en duelo van a ir pasando de forma individual y propia, no siempre van a suceder todas, ni van a tener la misma duración, pero sí que van a ir acompañadas de una serie de síntomas, en su mayoría psicológicos, aunque también pueden producir manifestaciones físicas. La muerte de un hijo o hija es una de las principales causas de sufrir Trastorno de Estrés Postraumático (TPEP). Muchos estudios concluyen en que las mujeres que han experimentado una pérdida constituyen una población más vulnerable y de riesgo durante un embarazo posterior, en comparación con mujeres sin historia de pérdida perinatal.”

TESTIMONIOS
“Cuando pensamos en lactancia pensamos en teta, bebé, amor, cansancio, vínculo, placer, alimento, agua, vida. Pero hay otras lactancias, las efímeras, las cortas, las inhibidas, las que se escurren y bordean todo el tiempo la marginalidad, la periferia. Las mujeres en duelo por la pérdida de un/a hijo/a sustentan un alimento fallido que busca y no encuentra. Sin rumbo, sin misión. El agua es lágrimas, es leche, es todo eso junto. Las sugerencias médicas giran alrededor de la inmediatez y la prevención : “Fajate rápido asi no te duelen despúes”, “tomate esta pastilla asi cortás pronto la leche” pero ¿Alguien nos preguntó que hacer? ¿hay otras opciones? ¿y si no quiero cortarla? ¿ y si quiero extraerla hasta el final? ¿y si quiero donarla a un banco de leche humana? Las tetas son nuestras y las elecciones también. Si hay opciones podemos elegir, sino estamos presas. No queremos cumplir protocolos, queremos decidir con el alma y la conciencia en libertad, contenidas y abrazadas. Quiero que me acompañen en la decisión que tome, aunque dude, aunque quizás después me arrepienta. Tengo derecho a dudar, a no saber, a llorar y a volver a elegir, siempre que haya más de un camino. Quisiera tomarme unos días en mi trabajo, porque perdí a mi cría y duele mucho, me duelen las tetas y el alma, pero ¿solo me dan dos días por muerte de un/a hijo/a?, y otra vez la inmediatez, la urgencia, la producción, hay que seguir….. Volver a trabajar, volver a producir en un sistema que no nos va a esperar a duelar. Hay que producir, producir y producir ¿y mi leche? También produzco leche señores, perdí a mi hija, me duele el alma. Las tetas son nuestras y las elecciones también. Hay otras lactancias, hay muchas mujeres. Queremos ser soberanas de nuestros cuerpos y del dolor. Estas tetas también son políticas.
ALEJANDRA / MADRE/ ESTAS TETAS TAMBIEN SON POLITICAS
Uff.. sé de lo que habla y vivió alejandra. También lo viví con Alma, mi primer hija. 28 días sacándome leche porque deseaba volver a casa con ella en brazos y poder amamantarla. Luego del parto hermoso que tuvimos, estaba en neo Alma con 35 semanas de vida y con una malformación en el corazón. Con respirador, llena de cable. Super pequeña y hermosa. Mi cuerpo deseaba plenamente tomarla en brazos y amamantarla. Nunca pude, no me lo permitieron. Porque ella no podía alimentarse, tambien tenia una malformacion en su sistema digestivo. Dia 3 después del parto, me doy cuenta que las tetas me duelen y se me estallan de leche. Nadie me ofreció sacarme leche y yo en la conmoción de una situación tan dolorosa y compleja no me había percatado de mi cuerpa. Averigue y había un espacio para sacarme leche. Asi que lo hice, deseando amamantar a mi beba. Al dia 9 la operan de sus sistema digestivo para que pudiera alimentarse, y nunca le dieron su leche, la que mi cuerpo creaba. Le daban de formula por su patología según decían. Al día 28 me entero de un diagnóstico más complejo y muy poco alentador. Comprendo en ese instante, que Alma había venido por un tiempo corto a este plano. Y decido dejar de sacarme leche, ya que no se la daban. A la vez todo ese tiempo había empezado a armarme un banco de leche en mi casa, pensando en darle su leche si volvíamos a casa. Cada día a ese sache de leche o frasco le escribìa una frase. Pensando en leersela cuando se la diera. Frases de amor, de reflexión, de fuerza, de aliento. El dìa 29 ya no me sacaba leche para guardar. Mi nutricion, sostén y deseo iban hacia otro lado. Sabía que estaba para acompañarla hacia otro portal, el más doloroso para una madre, la muerte de su hija. Alma sólo podía vivir desde el placer en mi útero, fuera del vientre su naturaleza no tenía las condiciones para lograrlo y la medicina sostenía desde un lugar perverso. La leche se me cortó sola. El dìa 40 de su nacimiento se va Alma, que justamente hoy se cumplen 4 años de su partida. Y ahi se abría un nuevo portal, mi puerperio duelo. Con un banco de leche esperándome en casa, sin mi bebé, llena de dolor e ira por todo lo vivido. Porque no respetaron muchas de las decisiones y deseo que teníamos con mi compañero para Alma. Los protocolos médicos nos parecieron cada día una tortuta para ella y para nosotres. Volver a casa sin bebé fue terrible, en el trabajo me daban 3 días por pérdida de un hijo. Me parecía un nuevo horror tener que volver a trabajar a los 3 dìas de perder a mi bebé. Conseguí una licencia psiquiátrica por 3 meses y recién ahí volví a trabajar. Me sentía un poco menos peor. Hoy pasado 4 años escribo esto y lloro. Con el banco de leche que me quedo, no lo podia donar, asi que decidí sembrarlo en mi tierra. Nutrir mis plantas, nutri lo que había podido tener de Alma.
NATALIA / MADRE/ ARTIVISTA/LACTANCIA EN DUELO
"Abril, la que recibe el sol en primavera...17 de agosto de 2016, era un día soleado como hoy. Tomás, nuestro hijo mayor, regresó del jardín y quedó al cuidado de mí mamá. Con Hugo debíamos ir a la casa velatoria ya que había que llevar el cuerpito de Abril al crematorio. El 11, el día que falleció porque no la atendieron en neonatología al nacer por tener Síndrome de Edwards, decidimos no velarla y que la cremaríamos para llevar sus cenizas a nuestro lugar en el mundo: Claromecó. Recuerdo que ese 17 estaba en shock, anestesiada, en piloto automático. Por momentos no quería ir al crematorio. Llegamos a la casa velatoria y me encontré con su cajoncito que estaba como cuando velan a alguien. ¿Acaso no habíamos decidido no velarla?. Sentí que esa noche la abandoné, que la dejé solita en una fría casa velatoria. Llegó el momento de llevar el cajoncito. Devastador. No entendía lo que me explicaban. ¿El cajoncito teníamos que llevarlo nosotros a upa?. Emprendimos viaje en el auto de la cochería. Me la pasé mirando el sol por la ventana del auto. Nos lloramos todo un mar entre las lágrimas de mí marido y las mías. Sentí injusticia. Tendría que estar paseando en un cochecito con mi bebé en este día soleado y no llevarla en un cajoncito al crematorio. Lo sentía, lo pensaba, me lo decía a mí misma. En el crematorio, a la hora de emprender viaje a nuestro hogar, bajo ese cálido sol nos abrazamos muy fuerte con Hugo. Y me prometió el rosal más hermoso cuando tuviéramos nuestra casa propia. Abril, era nuestra rosita de El Principito. El año pasado empezamos a proyectar la casa propia. Para el día de la madre me encontré con la sorpresa que en el terreno de la casa había un rosal. Si lo hubieran visto a él mientras plantaba el rosal. A ese valiente papá que en la neo le cantó y habló a Abril de su hermano y de mí para que se fuera envuelta de melodías, de las palabras y de historia. Con ese mismo amor y cuidado Hugo plantó el rosal. Llega agosto y hay que atravesar otro crudo invierno. Hoy vuelven los recuerdos en forma espiralada. Los vuelvo a vivir. Los revivo. Pasan por mi corazón. Y el sol nos abraza, nos abrazamos los 4. Porque como el Zorro le enseñó al Principito, al domesticarnos nuestras vidas se vieron envueltas por un gran sol"
IVANNA DEHOLLAINZ/ MADRE/ ESP. PSICOLOGIA PERINATAL/Activista por los derechos de los bebés, niñxs, adolescentes con trisomía 18 y sus familias.
"Mucho he podido escribir sobre la muerte de mi hija Leda, pero recién hoy, ahora, puedo expresar mi experiencia con la lactancia en esa oportunidad. En la semana 37 de mi segundo embarazo me dan la noticia... segundos antes yo ya estaba llorando porque no se escuchaban los latidos de mi Leda y una ecografía lo termina de confirmar. Allí empieza la realidad inimaginable, el dolor infinito, la huella imborrable y un sinfín de silencios, algunos empáticos otros ignotos, sofocantes, como por ejemplo en los intentos fallidos de anular mis pechos con vendas y pastillas, es una opción, por supuesto, pero no es la única... La lactancia siguió su curso y lo único que me aliviaba el dolor físico, era sacarme a mano la leche en la ducha. Recuerdo el agua correr, entre la leche y mis lágrimas...de lo más doloroso que me ha tocado transitar y elaborar. No fui informada, hay otras opciones... Opciones más cercanas a, en primera y gran medida, darle entidad al nacimiento de mi hija y luego a iniciar un duelo que socialmente honre a nuestr@s hij@s y su paso por nuestra vida. Y digo socialmente porque nosotras, sus madres les honramos cada día sobreviviendo a su ausencia física y como si fuese poco a todas las vendas que insisten en truncar y tapar lo imposible, lo inexorable del curso de la vida! aún cuando se cruza la muerte antes de los tiempos aprehendidos. Protocolos más amables, opciones para decidir lo que cada una prefiera. Amor disposición y empatía para todas las mamás y las familias que tienen la dolorosa tarea de elaborar un duelo por muerte gestacional o perinatal.... Es mi más profundo deseo."
RAQUEL/ MADRE
“Mi primer recuerdo de la vida fue la muerte de mi hermano Jorge. Yo tenía 3 años, el tenía 1 mes. Fue una “muerte súbita” mi papá lo encontró y abrazado a su hijo muerto lloró junto a mi mamá. Yo recuerdo ese día tanto que nunca se borró de mi. Luego como medica partera y a lo largo de tantos años de esta tarea la vida me puso el desafío de acompañar otras muertes. Muertes tempranas, llamadas abortos, muertes tardías, a veces dentro del vientre, a veces al nacer, a veces al poquito de nacer. Algunas esperadas, otras no. De todas las especialidades médicas ésta que elegí es la más difícil en el sentido de la muerte. Nadie espera que un bebé muera. Eso no entra en la ecuación. Pero sucede. Y cuando sucede duele, demasiado. Y una muerte en esas instancias es lo más semejante a un tsunami que vi en mi vida. No se explica, no se entiende, duele tanto tanto tanto y deja absolutamente devastades a todes Darle entidad a lo que sucede, estar presente, sosteniendo, asistiendo a la familia, llorando con ellos también, validando el dolor y la tristeza. Ninguna madre y ningún padre debería enterrar un hijo sin verlo, sin tocarlo, sin despedirlo. Por más doloroso que eso sea, cuando un bebé nace muerto, o muere en lo inmediato, esa familia debe ser guiada al encuentro con su bebé muerto. Sostenida con amor para que puedan ver, tocar, besar y darle rostro y forma a ese ser que estaba en el vientre y que ahora ya no está vivo pero que existió. A veces hasta es importante tomar una fotografía, o filmarlo. A veces en el shock del dolor la imagen se diluye y más tarde se necesita recordar. Es tan difícil y tan personal dar pautas al respecto, mas desde lo que he aprendido en mi camino no es posible hacer el duelo de alguien que nunca vimos, y lo más saludable es ver, sostener, abrazar y despedir a ese ser que por la razón que sea no se quedó entre nosotros. Las tetas están llenas de leche, la casa llena de ilusiones, las manos no acunarán a ese niñe. La herida existe, la tristeza es real, pero negarle la posibilidad de que ese ser tenga un rostro, un cuerpo y una entidad es aún más doloroso que la muerte misma.
PARTERA